1 ago 2010

Desborde de emociones, reminiscencias y júbilos


El 19 de junio del 2010 es ahora para nosotros una fecha histórica. Ese día la Comisión Organizadora de las Bodas de Perla, liderada por Hilda Suárez y Clara Castro, consiguió reunir no sólo a 35 compañeros de la Base 80 de Comunicación Social. Nuestras compañeras consiguieron la unidad eterna de los estudiantes que, desde 1980, hemos coincidido en los umbrales del periodismo, la comunicación social y los claustros de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.

Las honras a los que se fueron, las plegarias acompañadas de un fondo de avemarías, reencuentros, abrazos de camaradería a los que no veíamos desde hacía muchos años, ojos reconociéndose, la vuelta a las aulas universitarias, el coloquio vivencial en que se transformó la clase magistral, la mesura de Mónica, las lágrimas de Sara, las emociones de Elizabeth, las mejillas humedecidas, las palomilladas de Gledy, el maduro Guillermo, los cariñosos y combativos mensajes de los amigos ausentes, el brindis de rigor, y la instantánea del grupo luciendo la placa recordatoria en la entrada de una Facultad de Letras atrincherada, fueron las primeras imágenes que se esbozaron al empezar la mañana.

Después de un paréntesis y cambio de escenario, las palabras de agradecimiento de Clara resonando en el restaurante “Morena Mía”, nuevos brindis, palmadas en los hombros, sonrisas, copas de pisco sour blandiéndose en muchas manos, gargantas rociadas de cervezas al polo, risotadas, resplandor de flashes, suculencias criollas, tintineo de cubiertos, tarde de talentos, poesía, canciones, chillidos de fans, olas de aprobación, y una algazara que terminó, como era de esperarse, en un bailongo generalizado.

Al final, promesas a futuro, besos, despedidas, que debemos seguir unidos, para siempre.

Imágenes de las celebraciones por las Bodas de Perla

Esta imagen de nuestra recordada Luz Terrones y su hija representó a los compañeros que nos dejaron en la misa que se ofició en su honor.



Compañeros y familiares ofrendaron flores por los desaparecidos.


Rostros sonrientes después de la misa. Primera fila: Mirella, Teresa, Hilda, Ana Luz, Carmen, Cristina. Segunda fila: Mónica, Elizabeth, Delia Romaní, Mayra, Walter Carrillo y Clarita. Tercera fila: Ricardo, Rufo, Gustavo Arauco, Pepe, Marco, Gustavo Chávez, Guillermo, Marco y Walter Berríos.



Aplicaditos estudiantes posando para sus nuevos carnets universitarios. Primera fila: Guillermo, Elizabeth, Ana Luz, Walter Carrillo. Segunda fila: Mayra, Gustavo Chávez, Manuel y Walter Berríos. Tercera fila: Ricardo Carrera, hijo de Carmen, Pepe, Luis Ricardo Carrera, Delia Romaní y Gustavo. Al fondo: Juan y Marco.


Chicas de los ochenta de nuevo en las aulas. Primera fila: Mirella, Mónica, Flor, Carmen y Cristina. Segunda fila: Sara, Gledy, Gladys, Teresa y Clara. En la tercera y quinta filas se encuentran los familiares de nuestros compañeros fallecidos. Cuarta fila: Ricardo Cervantes y esposa, y Marco e hija.


Manuel, Gustavo, Ricardo y Marco ensayando sus mejores sonrisas.


Delia Romaní entre los muchachones del ayer Pepe y Gustavo.


Grupo de comadres conformado por las inigualables Elizabeth, Sara, Gledy, Gladys y Teresa.


Guillermo, Clara, Hilda y Ricardo en el brindis por la concreción del inolvidable encuentro en las aulas sanmarquinas.


Hilda leyendo las misivas y correos llenas de afecto de los compañeros que residen en el extranjero.


¡Gustaviiiito!... exhaló Elizabeth.


“¡Chicas, allí está el “Increíble Hulk!”, gritó una turbada Gledy.

Todos dijeron que la figura de Mirella sigue siendo la misma de hace 30 años.

“¿Guillermito?, como has crecido hijo”, dijo Sara al ver al niño Vidalón.

Teresa se paró enfrente de la clase, sonrió, hizo un mohín, dijo “estoy contenta pues, ¿pasa algo?”, y se fue nuevamente a su carpeta.

“Ya pues, déjame algo compadre” parece decirle el “Increíble” a un entusiasmado Juan.

Gustavito Chávez y Delia Romaní celebrando una ocurrencia de Elizabeth.

Los dos Walter sorprendidos por el indiscreto lente.

Mónica vertió algunos conceptos acerca de “ser sanmarquino”.

Clara e Hilda, artífices de la cristalización de nuestras Bodas de Perla, levantan la placa recordatoria de la Base 80 en señal de tarea cumplida. Fueron largamente ovacionadas.
Tremendos jugadorazos: de izquierda a derecha, Rufo, Ricardo Cervantes, Marco, Guillermo, Gustavo Chávez, Pepe, Gustavo Arauco, Walter Carrillo, Walter Berríos, Juan y Felipe. Hincados, Marco, Manuel y Ricardo Carrera.

Siempre bellas: de izquierda a derecha, Sara, Ana Luz, Mónica, Teresa, Cristina, Hilda, Mirella, Carmen, Clara, Gledy, Elizabeth, Delia Reyes, Delia Romaní, Mayra y Gladys.

A la Base 80 no le quedó más remedio que posar para esta histórica fotografía en las escalinatas de la entrada del Patio de Letras. La Facultad de Letras se encontraba tomada por los estudiantes.

Juan, Walter, Noé, Elizabeth, Mónica, Guillermo, Mirella, Hilda y Felipe rumbo al restaurante “Morena Mía”. Todos sentimos la nostalgia de respirar el aroma del bosquecito de letras nuevamente.

“Como te seguía diciendo Eli…”, parece decir un ensimismado Gustavo.

Clarita y el brindis y discurso de rigor antes de la comilona y la pachanga.

“¿Estará buena esta vaina?”.

Rufo y sus acostumbrados recitales poéticos.

Ana María regalándonos versos de su inspiración.

Gladys se lanzó al ruedo, cantó y encantó a lo Gloria Estefan.

Clara y Teresa ñatas de risa escuchando las bromillas de Gledy.

Ricardo encontró a su “amigo secreto”.

Gustavo y Ricardo, el nuevo “Dúo Dinámico”, deleitando a los asistentes con canciones de su repertorio.

Las olas no tardaron en llegar.

Guillermito no aguantó la emoción.

Hilda y Felipe arrancaron la jarana.

Marco y Ana Luz empezando a soltar el esqueleto.

Cimbreante Gustavo haciendo piruetas con Delia.

Esto más parecía callejón oscuro.

- “Así que tú eres José Hoyos”.
- "No mamita, llámame Pepe Botella nomás".

“Solita me jaraneo, mañana será otro día”, se le escuchó decir a una extasiada Gledy.

- ¡Acá mando yo caracho! Cualquier cosa, me consultan.
- Sí claro, como no jefe, ji, ji, ji, ji, ji…

“Oye tú, el de los controles. Que me pongan salsa”, espetó Mary.

- A mí con cositas, así se baila.
- Que buena Felipe, a ver otra vueltita.

- “Este muchachón si sabe lo que hace”.
- “Como ayudan estos pasitos que me aprendí allá en Huancavelica”.

Gustavo no se cansó de bailar. Aquí en plena rumba con Sarita.

Teresa y Gledy quitándole chamba al cantante, quien las mira bastante preocupado. La hicieron.

“Mira muñeca, me pones dos cajas más y lo apuntas en mi cuenta ¿Estamos?”.

- “Pucha, ¿mi flaca está buena no?”.
- “Hasta que por fin me sacó a bailar Marquito”.

- “Un pequeño floro y luego la invito al cine, je, je, je…”.
- “Ayayay, a mi con versitos”.


Chicas mostrando el glamour: de izquierda a derecha Ana Luz, Carmen, Cristina, Ana María, Gladys, Mariana, Delia, Mirella, Mónica, y Clarita. Hincadas, Teresa, Gledy y nuestra centro delantera Hilda.